Insectos y uso de plaguicidas en el hogar
Si hay algo que tenemos naturalizado es que usar productos en aerosol, insecticidas o plaguicidas, para matar moscas, mosquitos, cucarachas o cualquier bicho que ande por nuestra casa.
¿Pero alguna vez nos ponemos a pensar qué hacen estos insecticidas, además de matar al bicho?
¿Pero alguna vez nos ponemos a pensar qué hacen estos insecticidas, además de matar al bicho?
En una entrevista para la CNN Radio en español Gabriela Rovedatti, investigadora del Laboratorio de Toxicología de Mezclas Químicas (Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA), compartió reflexiones sobre su uso y algunas recomendaciones para aplicar en el hogar.
Existe un ecosistema urbano con el que nos toca convivir. Las publicidades usualmente muestran a las personas en una suerte de “combate” contra los insectos, pero la investigadora asegura que si éstos desaparecieran sería una mala señal respecto a nuestra relación contra la naturaleza.
“Si nosotros estuviéramos en un mundo sin microorganismos, los seres humanos no podríamos vivir. Es como que está generalizado el concepto que el ecosistema urbano está constituido sólo por los humanos, las mascotas, los autos y los edificios, pero no es así”, expresó y remarcó la importancia de buscar el equilibrio sin descuidar la higiene.
“También tenemos que saber que los insectos están adaptados”, aclaró y dio un ejemplo, “las cucarachas están adaptadas para vivir en los ambientes cercanos al humano, y nunca las vamos a poder exterminar”. Rovedatti invitó a hacer un cambio de mentalidad e invitó a vivir con tolerancia a los otros seres vivos.
¿Riesgo de intoxicaciones?
La especialista brindó una serie de recomendaciones para prevenir excesos, que pongan en riesgo la salud humana, a la hora de aplicar plaguicidas en nuestros hogares. Los niños y niñas y las mujeres embarazadas corren más en riesgo de sufrir consecuencias adversas por el contacto con uno o varios químicos, sin olvidarnos de las mascotas.
“Los insecticidas son los únicos contaminantes ambientales que están diseñados específicamente para matar seres vivos. Los usados comúnmente en el hogar pretenden dañar el sistema nervioso de los insectos, son neurotóxicos”, señaló Rovedatti y explicó que los productos químicos tienen diferentes vías de ingreso al organismo, como son la piel, la inhalación o a través de los alimentos.
Advirtió que los productos hogareños no son tan diferentes a los insecticidas que se usan a gran escala en las actividades agrícolas. La clave está en las dosis: “Lo que se sabe es que en situaciones agudas con mucha cantidad de estos productos hay náuseas, vómitos y mareos. No tenemos que perder de vista que los niños y los bebés y los fetitos en desarrollo dentro de la panza son mucho más vulnerables que un adulto”.
“Los insecticidas son los únicos contaminantes ambientales que están diseñados específicamente para matar seres vivos. Los usados comúnmente en el hogar pretenden dañar el sistema nervioso de los insectos, son neurotóxicos”, señaló Rovedatti y explicó que los productos químicos tienen diferentes vías de ingreso al organismo, como son la piel, la inhalación o a través de los alimentos.
Advirtió que los productos hogareños no son tan diferentes a los insecticidas que se usan a gran escala en las actividades agrícolas. La clave está en las dosis: “Lo que se sabe es que en situaciones agudas con mucha cantidad de estos productos hay náuseas, vómitos y mareos. No tenemos que perder de vista que los niños y los bebés y los fetitos en desarrollo dentro de la panza son mucho más vulnerables que un adulto”.